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Álvaro de Chinchón, XIII Trofeo Fundación El Juli

La jornada empezó con una clase práctica por parte de los alumnos de la Fundación El Juli, que mostraron sus formas y evoluciones ante cuatro novillos de la ganadería Ventorrillo-Camponuevo. También los aspirantes más pequeños del centro madrileño pudieron ponerse delante de un becerro con la cariñosa ayuda de Julián López “El Juli”, que estuvo muy pendiente toda la mañana de los alumnos. el premio al alumno triunfador del festejo matinal, Álvaro Chinchón, que recogió el premio y una capote de brega de manos de Ignacio López, director de la Fundación El Juli, y Guillermo Hita, alcalde de Arganda del Rey.

Posteriormente tuvo lugar una comida benéfica a favor de la Sociedad Española de Cirugía Taurina, a la que acudieron números médicos y profesionales del mundo del toro. Con la actuación del joven violista Marcos Núñez dio comienzo el homenaje a los médicos taurinos, que resultó muy emotivo desde el principio. El acto, conducido por David Casas, reconoció la labor del colectivo de los cirujanos taurinos premiando a la Sociedad Española de Cirugía Taurina. En nombre de todos los médicos recogió el trofeo de manos de Miguel Abellán, Pascual González Masegosa que expresó su agradecimiento: “Gracias por este homenaje a la Fundación El Juli. Nuestra misión es ir formando a jóvenes médicos que se quieran nuestra pasión. La facultad de Medicina de la Universidad de Valencia ha sido la primera que ha dado un título universitario de cirugía taurina. Queremos seguir en esa línea, llegar a establecer un máster y que, algún día, todos los equipos médicos de las plazas de toros estén acreditados por la Sociedad”. Recogió el trofeo de manos del director gerente del Centro de Asuntos Taurinos, Miguel Abellán, que habló en condición de torero: “Personalmente estoy tremendamente agradecido a los médicos taurinos. Nunca serán suficientes los homenajes que les rindamos a estas personas que nos han salvado la vida a todos los nos ponemos delante de un toro”.

 

Las ovaciones se iban sucediendo en un acto francamente emotivo. Javier Cortés y Gonzalo Caballero entregaron el trofeo a Máximo García Padrós que habló de los toreros con gran admiración: “Son unos ‘clientes’ que siempre nos hacen quedar bien. Es una profesión muy sacrificada, mi mujer siempre dice que veraneamos de lunes a toros. Ojalá las nuevas generaciones nos sucedan con la misma afición”.

 

Por su parte, los toreros entrevistados por Casas alabaron la profesionalidad de los doctores. Caballero habló desde su sinceridad habitual: “Gracias al maestro El Juli por reconocer la labor de los doctores. Es una figura del toreo que impresiona por lo que hace en la plaza y lo que hace fuera de ella como este tipo de cosas. Tengo que decir que gracias a don Máximo estoy aquí hoy. Quiero reaparecer en Madrid, volveré a torear en San Isidro directamente”.

 

Por su parte, Javier Cortés, anunciado para reaparecer en la Corrida Goyesca del 2 de mayo agradeció el trato de los médicos y dio luz a su historia asegurando que ha recuperado cerca del 30% de la visión del ojo afectado. Sus palabras tuvieron profundidad: “La cornada fue un momento que marca un antes y un después en mi vida. Pensé que no volvería a torear más, estoy con la ilusión de cuando era un niño. Viendo a los chavales de la escuela he recordado esos inicios. Ahora no busco la técnica, busco el toreo en mi interior. Volver en la Goyesca me hace una ilusión tremenda”.

 

El tercer médico homenajeado fue el doctor Carlos Val-Carreres que recogió el trofeo de manos de Julián López ‘El Juli’. El cirujano jefe de la plaza de toros de Zaragoza explicó su punto de vista: “Es evidente que nosotros nos dedicamos a tratar las heridas por las que se escapa la vida en las que se pierden las ilusiones y anhelos, como diría el doctor Jiménez Guinea. En Zaragoza hemos tenido bastantes percances graves, he podido conocer a muchos toreros en todas sus condiciones, tengo que expresar que los toreros son los que realizan la profesión más difícil del mundo. Son pacientes pero después nos une una relación especial”.

 

El Juli mostró su satisfacción con la jornada celebrada: “Es un día muy bonito para la fundación. Es un premio a los médicos que seguramente tenía que haber llegado antes pero que tragedias como las de este año nos hace valorar a los grandes cirujanos que tenemos. Me considero una persona con suerte, cuando te hiere un toro pones tu vida en manos de una persona que no conoces pero a la que te une un vínculo muy bonito. La sensación que siento al verles es de un agradecimiento eterno. Todos hemos tenido momentos en los que sin su actuación brillante nos habríamos ido”. Con respecto a la clase práctica celebrada, felicitó a los alumnos y al personal docente de la escuela y añadió: “Me recuerda mucho a mi etapa en la escuela. He podido paladear los momentos más bonitos de mi vida en el toreo y con esta fundación trato de devolverle al toreo lo que me ha dado”.

Por último, Ignacio López, director de la Fundación, cerró el acto agradeciendo la presencia de los asistentes y de los médicos taurinos “especialmente a dos que trataron a Julián en dos momentos distanciados en la carrera de Julián. En sus comienzos, con aquella cornada en Las Ventas tan aparatosa, don Máximo. Y más recientemente don Carlos. Gracias a ellos quién sabe si estaríamos hablando de otro Julián López ‘El Juli’. Gracias”.